El hierro es un micronutriente que tiene múltiples funciones en el organismo como son el trasporte de oxígeno, la producción de hemoglobina, la síntesis de ADN y la mioglobina (almacenado hierro en el musculo), entre muchas otras funciones.
Siendo importante, por todo ello, que este en rango entre 15 y 18mg/día en función de la edad de la mujer; comprobando con periodicidad en la analítica el hierro, la ferritina, la transferrina y la saturación de esta última.
Después del parto hay un mayor riesgo de déficit de hierro o anemia ferropénica por las pérdidas que se producen, siendo más común en los partos por cesarías; aun así, las causas varían y son difíciles de determinar ya que puede ser una combinación de ellas:
- Alteración de la coagulación.
- Desgarros vaginales.
- Perdidas de sangre durante el parto (se suele corrige en unos días).
- Alteración de la placenta.
- La alta demanda de hierro durante el embarazo para el desarrollo y crecimiento del bebe.
- Una alimentación baja en hierro.
- Problemas intestinales que dificulten su absorción.
Independientemente de la causa, pueden estar presentes ciertos síntomas o no; los cuales muchas veces se achacan a la falta de sueño, la cesaría o la lactancia; sin poder diagnosticar y tratar la anemia ferropenia.
Por ello es importante estar pendiente a un cansancio prolongado en el tiempo, tristeza, irritabilidad, dificultad para respirar, mareos, piel pálida, dolor de cabeza, insomnio o incluso calambres.
Siendo recomendable el acudir tanto a un medico como al dietista-nutricionista, para estudiar el caso de forma concreta; pudiendo aprender a mejorar la anemia ferropénica y sus síntomas a través de la alimentación.
Sin duda es importante mejorar la anemia ferropenia ya que puede agravarse y manifestar consecuencias peores como serían las infecciones de orina recurrentes, un agotamiento excesivo, una peor calidad y cantidad de leche materna y un mayor riesgo de padecer depresión postparto.
La anemia postparto se puede prevenir durante el embarazo, si se recibe un asesoramiento dietético por parte de un dietista-nutricionista; consiguiendo un adecuado aporte de hierro en función de las necesidades fisiológicas a lo largo del embarazo. Algunas recomendaciones cuando ya está instaurada la anemia ferropénica sería:
- Si el medico decide pautar hierro por vía oral o de otro modo, es necesario seguir sus indicaciones junto con las siguientes recomendaciones dietéticas.
- Priorizaremos el consumo de alimentos ricos en hierro como los cereales integrales, los productos del mar (berberechos) la carne, tanto roja como blanca, la fruta deshidratada, los frutos secos, el huevo y las legumbres.
- Acompañaremos los alimentos ricos en hierro con diferentes alimentos ricos en vitamina C, que potencian su absorción como serian las frutas y las verduras crudas principalmente o por ejemplo el zumo de limón o el perejil.
- Por el contrario, distanciaremos dos horas (el tiempo de la digestión) el consumo de alimentos ricos en hierro de aquellos ricos en calcio (lácteos o suplementos de calcio), o ricos en otras sustancias como son el café, cacao puro y té.
- Además, podemos recurrir a otras fuentes de hierro como es el “lucky iron fish”, liberando hierro durante la cocción de los alimentos.
A parte de estos consejos concretos para la anemia ferropenia es importante seguir un estilo de vida saludable y activo; siendo parte de este una alimentación compuesta mayoritariamente por alimentos de buena calidad cocinados de forma saludable.